Cómo ser chicos populares

¿Demasiadas cualidades?
Es posible, pero no necesariamente hay que poseerlas todas ni convertirse en el líder de todos los grupos. Sin embargo, es importante que los padres las conozcan, porque puede darse el caso de que tengan que aconsejar a sus hijos si los ven muy desorientados en sus relaciones.

Claro está que en estos asuntos hay que ser discreto y tener mucho tacto, porque el chico debe ser el protagonista de su vida social, especialmente en la adolescencia, y no es bueno estar encima sobre protegiendolo y dirigiendo su conducta.

Necesitan autonomía y la sobreprotección es otra característica que se da en muchos chicos impopulares y rechazados. Pero no olvidemos lo que hemos dicho sobre que un buen clima familiar favorece que los hijos aprendan el modo de ser aceptados entre sus amigos.

Una característica frecuente de los chicos populares es que suelen tener padres que los apoyan y los ayudan en todo. Si nuestro hijo tiene muy poco contacto con los de su edad, quizá valga la pena hablar con él, explicarle qué cosas irritan a los otros y sugerirle como ser agradable, qué temas de conversación pueden interesar a los demás, etc.

En ciertos casos, un discreto cambio de impresiones con su maestra o profesores, que a veces tiene resortes para influir en la vida social de base, puede ser de mucha ayuda.

Adolescentes populares

Todos los padres desearían que su hija o hijo disfrutara de un buen nivel de aceptación social entre sus iguales. Cómo ayudarlo a eso es un terreno resbaladizo en el que no siempre resulta fácil incursionar.

Un buen modo de no equivocarse es desechar la falsa impresión de que el éxito social depende de una especie de arrogancia chic. Al contrario, la base más sólida para ser querido y aceptado reside en la capacidad para sintonizar emocionalmente con los demás.

Se trata de desarrollar la empatía o, por utilizar una expresión de moda, de cultivar eso que llaman la inteligencia emocional.

Las verdaderas cualidades que determinan el éxito social de una chica o un chico son la alegría y el buen carácter, pero sobre todo la sensibilidad ante los deseos y necesidades de los otros, y una cierta confianza en sus recursos, ya que les da seguridad.

Por ejemplo, hay un camino mejor para lograr aceptación que seguir senilmente a los líderes o estrellas de la clase, y consiste en ponerse del lado de los débiles.

Si nuestro hijo es testigo de que un compañero es marginado, maltratado o recibe burlas por parte de otros, animémoslo a ayudarlo, a ser amable con él a darle una mano para salir de su situación (denunciándola a los adultos si es preciso y hagámoslo sentirse orgulloso por eso.