Mascotas en casa

En algún momento los niños sienten el deseo de tener una mascota. Ante este pedido, muchos padres se pronuncian con un rotundo “no”, sin antes haber pensado en los beneficios que ello puede significar para la Familia. Cómo hacer de esta situación una oportunidad para que los hijos asuman diversas lecciones, es lo que aborda esta nota.

Se ha comprobado que el hecho de que los hijos convivan con una mascota, facilita la comprensión de ciertos valores y enseñanzas. Sin embargo, se ha de aclarar que no todas las circunstancias Familiares son las indicadas para tener una mascota, deben existir unas condiciones que aseguren el bienestar y la armonía de la Familia. Adicional a esto, los especialistas explican que los niños deben tener una edad mínima para que puedan asimilar la responsabilidad frente a sus mascotas, como es a partir de los 6 años, edad en la que ya han desarrollado ciertas destrezas físicas y cognitivas.

Las siguientes son algunas reflexiones que pretenden resaltar el lado positivo de llevar una mascota a casa, de modo que se convierta en una experiencia valiosa para la Familia:

1.         Lecciones de responsabilidad: es tal vez el criterio más relevante que anima a los padres a ceder ante este pedido de los hijos. El hecho de que ellos vivan en cabeza propia los cuidados y la atención que requiere una mascota, reforzará su sentido de responsabilidad, de sacrificio y de compromiso. Claro está que el éxito del objetivo, radicará en que los padres les asignen a los chicos el cuidado absoluto de la mascota, sin realizar por ellos las tareas que están bajo su encargo.

2.         Una forma de enseñar el buen trato: la convivencia con los animales contribuye a que los niños aprendan valores como el respeto, el buen trato y por consiguiente otorguen un mayor sentido a la vida, pues sin duda la conexión con su mascota, despierta una sensibilidad especial por la naturaleza. Corresponde a los padres entonces, educar a los pequeños a brindarle a sus mascotas un trato adecuado, teniendo la conciencia de que son seres vivos que precisan de asistencia y afecto por parte de los humanos.

3.         Autoestima y autoconfianza: en algunos casos las mascotas pueden ayudar a los niños a reforzar su autoestima, en especial aquellos de carácter retraído, debido a que se sienten queridos y estimados, de la misma manera que les permiten poner en práctica las destrezas sociales que refuerzan la confianza en sí mismos.

4.         En el caso de los hijos únicos: algunos sicólogos son partidarios de que los hijos únicos posean una mascota puesto que les permite reforzar la generosidad, la cooperación y en gran parte, ayuda a dispersar la atención exclusiva de los padres muy frecuente en estos casos. La compañía es otro asunto relevante; el hijo único tiende a sentirse solo, por lo que una mascota puede ayudar a subsanar ese vacío.

5.         Cooperación y entrega: el tener una mascota ayuda a que los hijos adquieran habilidades para cuidar a otros, lo que vigoriza su empatía y capacidad de entrega. Por añadidura, se evidencia una actitud más responsable frente a la salud y el bienestar.

6.         Sano esparcimiento: los animales domésticos, en su gran mayoría, demandan tiempo de sus dueños para atender a los cuidados y necesidades de recreación, de aseo, de alimentación, etc. Por tanto, una mascota es una ocupación sana para los hijos, que además, evita el ocio –generalmente- reducido a las pantallas.

7.         Las mascotas enseñan el ciclo de la vida: los niños podrán vivir de cerca lo que ya han comenzado a comprender, es decir, el ciclo que todos los seres vivos siguen: nacimiento, reproducción y muerte.

Cuando la mascota muere, es una ocasión que sirve para que los padres aborden este tema en casa. Es necesario que el niño exprese su dolor y los padres deben validarlo: prestarle atención y  entender su posición. A algunos niños les ayudan los rituales (como el entierro de la mascota), mientras que otros no quieren verla más. Se debe prestar atención a sus reacciones, algunas de ellas pueden revelar algunas carencias en el niño que es importante afrontarlas a tiempo.

Si bien las anteriores lecciones son de provecho para brindar una formación íntegra a los hijos, son los padres quienes están en el deber de darles la información necesaria para que ellos puedan desempeñar su rol de una manera responsable.