¿Por qué ser un buen Líder?

Objetivos de un Líder

¿Te has preguntado alguna vez porque quieres ser un buen líder o para qué? ¿Cuáles son tus motivaciones? ¿Qué te aporta?
Yo mi hice esta pregunta y la respuesta fue inmediata. Me gusta tanto ayudar a los demás, guiarles e intentar llevarles lo más lejos posible que es algo que me apasiona y me llena.

Los beneficios de ser un buen líder
Ayudar a los miembros de tu equipo, y lograr satisfacción en el trabajo, no hay nada más reconfortante. Lograr un trabajo bien hecho, sabiendo que has dado lo mejor de ti refuerza tu auto-estima y la confianza de tu equipo.

El hecho también de adquirir nuevas capacidades te da la oportunidad de reencontrarte con tus mejores valores y sentimientos. El conocimiento adquirido te permite crecer y desarrollarte dentro de la organización, como por ejemplo desarrollar la habilidad de saber gestionar tu tiempo y planificar tus objetivos de trabajo para lograr las metas. Saber luchar con los problemas e identificar quienes son las personas más capacitadas para ejercer una determinada función dentro de tu equipo.

Sea cual sea la situación, una de tus responsabilidades como líder es motivar a tu equipo de trabajo hacia el objetivo que tenéis en común. Esto puede ser un desafío de grandes proporciones. A menudo el equipo está compuesto por diversos miembros, cada uno con diferentes fortalezas, debilidades y estilos de trabajo.

Como líder puedes obtener grandes beneficios, al ser capaz de identificar los distintos tipos de personalidades de los miembros de tu equipo. Mediante la identificación de la personalidad de cada uno, puedes utilizar las fortalezas individuales de tus miembros para el beneficio del equipo y así poder asignar las tareas que cada integrante del equipo desarrollara de acuerdo a sus cualidades naturales.
También puedes aprender a comunicarte de una manera motivante, teniendo en cuenta las necesidades, valores y preferencias de trabajo de cada integrante de tu equipo.

Obtendrás mejores resultados, si aprendes a utilizar las fortalezas y los diferentes estilos de trabajo de los miembros destacando los puntos fuertes y compensando los puntos débiles, llevando al equipo a un equilibrio productivo y armónico.

Qué te parece si a partir de ahora empiezas a aplicar lo que acabas de leer. Empieza a identificar los tipos de personalidades de tu equipo y aprovecha para gestionar mejor a tu equipo.

Gracias,
Axelle Clement. – Líder-Coach